miércoles, 17 de junio de 2009

Recuerdos literarios....

Abrir el baúl de los recuerdos y buscar en él mis primeras experiencias con la Literatura es volver a mi infancia, volver a revivir los momentos en que la literatura era parte de un juego.

Recuerdo que durante la primaria la lectura de textos era fundamental para la clase de Lengua, textos breves pero variados, que nos permitían tomar contacto con los diversos géneros. También recuerdo haber producido como tarea varios cuentos y poesías desde muy pequeña. Pero lo que más tengo presente es el "Taller de lectura y escritura" que teníamos en Séptimo grado todos los viernes. Allí leíamos cuentos breves como disparadores a futuras producciones, las cuales compartíamos a la siguiente clase. La profesora, para corregirlas, siempre utilizaba para todos la misma expresión: "Está bien, pero podría estar mejor...", esta fue un experiencia que me llevó a buscar un estilo propio tanto de lectura como también de escritura.

Fue en el secundario donde tomé contacto con las obras clásicas de la literatura española, un vuelco importante en mi "vida literaria" hasta ese entonces, que se profundizó con la lectura de Cortázar, Borges y Sábato, además de indagar por la literatura precolombina y tejer relaciones entre ésta y los demás autores mencionados. Lo que más me gustaba de esas clases eran los "coloquios" sobre las obras leídas, esto me permitía enriquecer mi lectura de una determinada obra con las distintas visiones y posturas de las lecturas de los demás.

Quizás fue algo de todo esto lo que marcó la decisión de optar por el Profesorado en Lengua y Literatura, pero si de algo estoy convencida es de que la literatura tiene una capacidad única para transformarse y transformarnos a través del tiempo.

2 comentarios:

  1. Bien, Yésica!!! Muy bueno!!!
    Pero nadie se anima con las imágenes!!! Qué pasa??

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  2. A ver, Yésica, si te gusta la imagen que elegí?
    Encontré esta portada de una revista Billiken, del año 1948, y me recordó mi infancia... no,no soy tan vieja!!! pero un día llegó a mi casa una familia amiga con el baúl de su auto repleto de las viejas revistas Billiken, de la infancia de sus hijos ya adultos y mis hermanas y yo nos convertimos en fanáticas de Billiken... no había tarde de lluvia en la que no nos pusiéramos a hojear, una y otra vez, una y otra vez, las pilas enoooormes de revistas que nos habían regalado. Bueno, en realidad creo que elegí esta imagen nada más que para compartir el recuerdo.

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